Slow sex: baja el ritmo al sexo

En un mundo donde todo va deprisa —mensajes instantáneos, entregas en 24 horas, orgasmos exprés—, el slow sex viene a proponernos lo contrario: parar, respirar y redescubrir el placer sin prisas.

Y no, no es una moda más. Es una filosofía que cada vez está ganando más peso entre quienes buscan una sexualidad más consciente, conectada y placentera. En este post te cuento qué es el slow sex, por qué está tan en auge y cómo puedes incorporarlo a tu vida sexual (con o sin pareja).


¿Qué es el slow sex?

Como su nombre indica, el slow sex (sexo lento) propone desacelerar el ritmo sexual habitual. Pero no se trata solo de ir más despacio físicamente, sino de poner atención en cada sensación, gesto, mirada, olor, respiración… Es, en esencia, una invitación a estar presente.

Esta forma de vivir el sexo se basa en una premisa simple pero poderosa: el placer no está en llegar, sino en estar. No se busca el orgasmo como único objetivo, sino que se valora todo el camino: el juego previo, las caricias, la conexión emocional, la sensualidad de cada momento.


¿Por qué está de moda el slow sex?

Buena pregunta. Aquí van algunas razones por las que el slow sex está cada vez más presente en charlas, redes y consultas sexológicas:

1. Nos estamos replanteando el “sexo rápido”

Durante décadas nos han vendido una idea de sexo muy centrada en la rapidez, el rendimiento y la genitalidad. Las películas porno, la falta de educación sexual real y la presión social han contribuido a que muchas personas vivan el sexo desde el automatismo.

Pero cada vez más personas están empezando a cuestionarse: ¿Y si esto no me satisface? ¿Y si me cuesta conectar con mi deseo? ¿Y si simplemente quiero disfrutar sin presiones?

2. El deseo necesita tiempo

En consulta veo cada vez más casos de personas que dicen “no tengo ganas” o “ya no siento deseo como antes”. Y muchas veces no es falta de deseo, sino falta de condiciones para que ese deseo aparezca.

El slow sex ayuda a crear esas condiciones: reduce la presión, genera conexión y permite que el cuerpo hable sin prisas.

3. Va de la mano del autocuidado y el mindfulness

La tendencia a cuidarse más, practicar la atención plena, hacer yoga, meditar o simplemente vivir de forma más consciente también ha llegado al terreno sexual. El slow sex es parte de este movimiento hacia una vida más presente y menos acelerada.


Beneficios del slow sex

Además del obvio (¡más disfrute!), el slow sex tiene otros muchos beneficios:

  • Mejora la conexión emocional y física con tu pareja o contigo misma.
  • Reduce la ansiedad de rendimiento sexual.
  • Favorece la comunicación erótica y la intimidad.
  • Ayuda a reconectar con el cuerpo y el placer, especialmente si hay bloqueos, dolor o desconexión.
  • Permite descubrir nuevas formas de placer, más allá del orgasmo o la penetración.

¿Cómo empezar a practicar slow sex?

¡Aquí viene lo bueno! Si te apetece probar esta forma de vivir el sexo, te dejo algunas claves prácticas para empezar, sin complicarte la vida:

1. Cambia el chip: no hay que llegar a ningún sitio

El primer paso es desactivar el piloto automático. No hay objetivos, ni metas, ni presión. Solo se trata de estar presentes, sentir, explorar. Si hay orgasmo, genial. Si no, también. Si hay penetración, perfecto. Si no, igual de bien.

2. Crea un ambiente que invite a bajar el ritmo

El entorno importa. No hace falta montar un altar tántrico, pero sí vale la pena crear una atmósfera que favorezca la calma y la intimidad: luz tenue, música suave, aromas que gusten, tiempo sin interrupciones…

3. Empieza por el cuerpo entero, no solo por los genitales

Una de las claves del slow sex es salir del foco genital. Hay tanto cuerpo por descubrir… Prueba a explorar la piel con distintos ritmos, temperaturas y texturas. Juega con plumas, aceites, caricias, susurros…

Los productos sensoriales como aceites de masaje comestibles, velas corporales o plumas pueden ser grandes aliados en este punto. (Sí, en Destino Kink tenemos una selección maravillosa. Y sí, están elegidos por una Sexóloga.)

4. Respira y conecta

La respiración es tu mejor aliada. Ayuda a estar presente, a relajarte y a conectar con tus sensaciones. Puedes incluso sincronizar tu respiración con la de tu pareja durante unos segundos. Parece una tontería, pero cambia totalmente la experiencia.

5. Incorpora pausas

Sí, como lo lees: pausas. Detenerse unos segundos para mirar, respirar, acariciar sin moverse… Las pausas no cortan la excitación, la profundizan.

6. Habla de lo que sientes

El slow sex también invita a expresar el deseo, el placer y los límites en voz alta. Puedes decir lo que te está gustando, pedir algo o simplemente compartir cómo te sientes.

La comunicación erótica no solo mejora el sexo, sino que crea seguridad y complicidad.


¿Y si practico slow sex conmigo misma?

¡Muchísimo mejor! El slow sex no es solo para parejas. La autoexploración también puede ser lenta, sensual y consciente.

En lugar de ir directo al orgasmo, prueba a dedicarte tiempo, usar un espejo, acariciar tu cuerpo entero, jugar con texturas y temperaturas. Masturbarse también puede ser un ritual de placer y autoconocimiento, no solo una descarga rápida.

Puedes incorporar juguetes como vibradores suaves, varitas, masajeadores o estimuladores de clítoris con intensidades progresivas. La clave está en usar el juguete como una extensión de tu mano, no como un atajo al orgasmo.


El slow sex no es una técnica, es una actitud

No hay una única forma de practicar slow sex. No necesitas seguir un paso a paso rígido ni convertirlo en una nueva exigencia. La idea es más bien reeducar el cuerpo y la mente para abrirse a otro ritmo, otro tipo de placer.

No se trata de “hacerlo lento” por obligación, sino de darte el permiso de explorar sin presión. Es una forma de volver al cuerpo, a lo básico, al aquí y ahora. Y eso, en tiempos de velocidad, es casi revolucionario.


¿Te animas a probar?

En Destino Kink, centro dirigido por una Sexóloga, encontrarás productos especialmente pensados para crear experiencias slow sex: desde aceites para masajes hasta vibradores elegantes y silenciosos, perfectos para juegos íntimos sin prisas.

Y si tienes dudas sobre qué elegir o cómo empezar, puedes escribirnos o reservar una asesoría personalizada. Porque el placer también se aprende. Y disfrutar del sexo con calma es un regalo que todas las personas merecemos.


María Ramos Escamilla

Psicóloga, Sexóloga y Directora de Destino Kink

Si necesitas ayuda, escríbeme a: consultas@destinokink.com


¿En qué consiste el Asesoramiento Sexológico?

Muchas personas acuden a profesionales de la Sexología cuando tienen algún problema sexual o de pareja.

El asesoramiento es personalizado, donde se establecen unos objetivos que se van abordando a lo largo de todo el proceso, al ritmo y según las necesidades de cada persona.

Las sesiones de asesoramiento sexual y de pareja son un espacio donde poder hablar libremente y sin miedo a ser juzgado o juzgada.

Se ofrece apoyo y herramientas para que puedas conseguir nuevos objetivos sin ayuda futura.

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